Para finales de 1986, Stevie Ray Vaughan había salido de rehabilitación en Londres y de acuerdo con los reportes, se sentía como un hombre nuevo. Sus problemas de dependencia, que lo habían hecho caer en su carrera, eran cosa del pasado y en la cabeza del guitarrista solo existían dos cosas: volver a tocar blues y ayudar a otros que tuvieran problemas similares. El primer objetivo lo logró con mucha facilidad, pues su pasión hizo que ese maestro interior surgiera de nuevo; el segundo, algo más difícil de cuantificar, lo desarrolló mediante consejos a sus compañeros de banda, anuncios y mensajes en sus conciertos, compartiendo la sabiduría que había adquirido a partir del sufrimiento que había padecido. El 31 de diciembre de 1986, Vaughan ofreció un concierto en el Fox Theatre en Atlanta, Georgia, que fue transmitido por una emisora local. Este registro es el que se presenta en “Happy New Years Blues”, en el que se aprecia a Vaughan y su banda en pleno, muy dinámicos, llevando al éxtasis a su público. Después de la llegada del nuevo año, sube al escenario el guitarrista Lonnie Mack quien, al lado de Vaughan, hace una mágica interpretación del “Oreo Cookie Blues” con la que se cierra una extraordinaria noche y se abre la puerta a lo que sería la última etapa de la carrera del guitarrista de Texas.
SRV ha sido y seguira siendo siempre el rey del blues texano. Una lástima su pronta partida a cargo de un accidente aéreo en el cual se dice que viajaba un piloto inexperto. Su legado quedara por siempre en nuestras vidas de quienes somos amantes del blues.